miércoles, 12 de septiembre de 2012

Sueños



¿Dime cuántas veces habrás pensado incoherencias. Sinsentidos? Han resultado quizá pequeños instantes, a veces largos minutos. Algunos tardamos días en hacer desvanecer esos raros pensamientos. Esos que a veces nos hacen dudar de lo real, y parece presentarse como los sueños, porque mirás a los lados, y no parecés reconocer exactamente lo que te rodea, todo es más extraño que nunca, y dudás de tus propios movimientos. Temés que sea un sueño, pero temés más aun que se trate de tu vida, de tu real y palpable vida. Y como los sueños, esos instantes dubitativos... laxos, distantes, profundos y escandalosos con la conciencia del hombre, permanecen hasta nuevo sueño y esclarecer la historia. Porque es en los sueños cuando los pensamientos raros, esos anormales enanos invadiendo neuronas, esos, se convierten en habituales y cotidianas normalidades. Por ello, enanos aparte, algunas blandas y escurridizas conciencias decidimos hacer de la experiencia onírica una excusa para el llamamiento a la conversión, a la traducción, la transmutación.


Señores, Señoras: Vivamos como en los sueños. Pasen y vean, firmen y compartan.

Allí fue posible que la Estatua de la Libertad se convirtiera en un payaso inflable gigante. Allí es posible la teletransportación, incluso la combinación de espacios y tiempos... ¡cuanto tiempo nos recuperaría!
En los sueños experimentamos las mismas sensaciones que despierto, ¿por qué no vivir despiertos las sensaciones de los sueños?. Esa intención de exploración, de salida al infinito. De lograr volar de un salto, de correr como nunca un hombre ha logrado de este lado de lo onírico. Volar con un soplido. Nadar bajo el agua mientras respiro, desarrollar branquias, aletas o alas. Convertirme en Halcón, o en Mariposa, en un Pez, o en Mí Misma. Desesperar de alegría, llorar, o en-nudar la garganta por que los muertos, están vivos. Conversar con éstos, venidos del Seol, e incluso con irreverencia mirar extrañado, con total y completo permiso, perdonado, y compensado aún con la sonrisa de quien explica desde la no materia, que la materia, está en tus sueños.
Vivamos como en los sueños, para que las alegrías se repitan, se reproduzcan, que el coito de las alegrías se engrandezca, que las alegrías hagan el amor a todas horas. Que las alegrías tengan pequeños alegres felices. Que nuestra biología sea una teoría, y que el espíritu se baste, se llene y se abastezca, de unos cuantos besos y abrazos.

Vivamos como en los sueños, para comprender mejor las pesadillas, poder mirarlas de frente, y manifestar con elegancia toda clase de repugnancias. Comprendiendo las pesadillas, es que podemos enterrarlas, y para entenderlas, debemos pasarnos al lado onírico. Vivamos como en los sueños para que imaginar sea real, y podamos ser los arquitectos de nuestro propio entorno, escogiendo a cada segundo no sólo la dirección del camino, sino el camino mismo y su paisaje. Convirtamos la tristeza de nuestras cotidianidades, en días sin final, en noches eternas, en días y noches fusionándose, sin discernirse. Convirtamos a los seres depresivos y alienados, los obreros de Annunakis, hereditarios puros del robotísmo industrial, germen y génesis de nuestras ignorancias, en esclavos liberados, en burlones y bailarines en celo, en floreados cuerpos felices, coloridos, texturados, depositarios de los más maravillosos sentidos. Hagamos de nuestras inutilidades poderes extraordinarios, simplemente naturales, sobre y con ella. Transformemos la razón y las matemáticas, y vivamos de las locuras que ciertamente, aportan los pocos minutos de felicidad que recordarás en tu lecho. Procuremos por segundos, unos pocos al día, recordar que los sueños SON. Ellos existen, y más aun que tu propia cama, más aun que quien comparte espacio, y más aun que tu ventana por la que quieres tirarte tantas veces al día. Recuerda en la oficina, en la calle, en el baño, en la cocina, comiendo, fumando o jugando al truco, que los sueños SON. Y si nosotros somos, tu eres, ellos son, y el compendio de conjugaciones que nos permiten existir a todos, los sueños son tanto reales como tu nariz. En los sueños, tu realidad se convierte en ello. Esa es tu verdad, la verdad de los deseos que no ocurren entre materias. Y entre materia, tocando más que percibiendo, matriculamos los sueños de imprudentes ocupas del inconsciente, incontrolables pensamientos retorcidos, anómicos, pero entretenidos.

Vivamos como en los sueños, despojándonos y haciéndonos libres de los absurdos que rodean a los cotidianos minutos del ser humano. Obviemos y escupamos las absurdas normas que provocan mas problemas que soluciones, porque asfixian, ahorcan, ciegan, alienan, angustian, ridiculizan, e incluso si se reflexiona con cuidado, pone en tela de juicio la racionalidad del ser humano. Caguémonos en las morales, en los dogmas, y peguemos más seguidos esos saltos voladores por el medio de la montaña, para después nadar respirando por un río, y correr como nadie jamás había podido.
Vivamos como en los sueños, y no despertemos nunca.

martes, 28 de agosto de 2012

Grandiosa

Mi grandiosa.

Saber que me diste todo lo que sé y lo que aún desconozco. Me protegiste bajo tu manto de vida increíble.

Tus historias del más allá y tu fortaleza.

Por eso eres grandiosa. Por eso lo que siento, lo que veo, lo que tengo dentro se me escapa.

Demostrarte a ti grandiosa que eres el centro de mi felicidad y de mi tristeza. Que eres mortal, pero que siempre serás grandiosa.

Fuerte como ninguna. Destructora y al mismo tiempo bondadosa, ¿cómo puedes?

Grandiosa sin final. Eterna.

Madre. Después abuela. Protectora. Y de nuevo grandiosa.

En tus ojos el cielo más hermoso. El horizonte del mar más puro; cristalino.

Grandiosa. Infinita.

 Imposible expresar nada más.

jueves, 23 de agosto de 2012

Libre

Sin control, sin miedo, sin nada...

Sólo camino.

Ni siquiera dirección, ni siquiera un lugar que buscar.

Sólo tú.

Sin la cultura imperante.
Sin Occidente.
Sin papeles.

Sin NADA

Sin amor romántico.
Sin facilidades.
Sin matemáticas, sin estadísticas.

Sin ti.

Libertad, sin.

Camino sin camino, sin un destino, sin identidad, sin objetos, sin conceptos, sin precios...

Sin palabras escritas que dictaminen nuestras conciencias.

OLVIDAD DESPUÉS DE LEER

...o

no lo hagáis...

Corred, o no corráis.

No sigáis leyendo.

Pero...

Haced caso del alma.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Baires.

Se va soplando polvo... tierra y barro en las comisuras de las calles. Agua en las esquinas, y baldosas sueltas que salpican. Barriales y estruendos en las fisuras de los edificios. Manchas de humedad en las paredes. Colores grises, sus tonalidades mas sonadas. Reventadas e invernales las miradas, que van sumando humo al ambiente, a esa atmosfera sucia y encantadora. Asi sirenas como gritos, asi Tangos como mascaras escondiendo las emociones. Fria hasta en el mas profundo verano, oscuras hasta con la mayor de las luces, ese Times Square sin abundancia. Algunas chapas voladas, y otros modernos calcos, reflejo de las injustcias. Algunos trenes pintados, y unos cuantos subtes varados, en exigencia del hombre pobre. Tristeza en las tortillitas de Constitucion, y algunas ventas baratas que se escucha por los vagones. Mientras, yo solo intento capturar en mi memoria cada una de las sutiles bellezas de esta ciudad. Solo se trata de vivir, esa es la historia de Baglietto. Tambien hay pibes en el cajon de Paez, y el dulce hogar de Charly, en la morada de Spinetta. Alli, donde los sueños del pais son un par de chapas y unas cuantas frasadas, alli la encontre en cenizas, en Buenos Aires, junto con unos cuantos locos baleando  para Astor.

jueves, 2 de agosto de 2012

El gobierno de la desesperanza

Todo acaba convirtiéndose en polvo como fue en su origen, incluso todos aquellos fragmentos de ilusiones y de motivaciones que acostumbramos a regar en algún (varios) momento(s) de nuestra existencia. Actualmente ser optimista podría calificarse como un pecado demasiado grave por los encargados de manejar los hilos de esta fiesta de títeres. Y sin más, este dogma se nos es inseminado en nuestra cociencia diariamente, segundo a segundo, pasando de boca en boca, presentado con guarnición en la mesa.

Debe infundirse el miedo. Sin miedo no hay juego. Sin juego no hay fichas. Sin fichas no hay dinero. Sin dinero no hay ricos. Sin ricos no hay sistema. Sin sistema no hay miedo. ¿¡Eureka!?

En un plazo de X días tenéis que encerraros en vuestras casas y cerrar las ventanas. No podéis salir a la calle a gritar. No os podréis reivindicar. Enchufad la tele y creed en la verdad. No hagáis reuniones en grupo, porque el otro, el ser extraño, es malo. No os fieis de nadie, porque nadie os quiere. Si queréis ser amados comprarnos vuestra alma, porque que sepáis que somos nosotros los que la guardamos bajo llave. No arregléis nada. Destruid y comprar una nueva creación. Tenéis todas las posibilidades.

Y después de ese curioso momento de felicidad nos vimos desprotegidos por los que dijeron que nos amarían para siempre y tuvimos que poner la mano para no recibir nada. La gente más afortunada que pasaba por nuestro lado ni siquiera nos miraba. No teníamos nada. Nunca tuvimos nada.

Y ahora, tras perderlo todo por seguir su doctrina la esperanza se tambalea y se marea ella misma, y ni siquiera somos capaces de pensar. Nos han robado nuestra capacidad de pensar. Y tenemos miedo. Y queremos comprar ilusiones, pero ya no tenemos dinero. Y dicen que no nos prestan y que nos hechan a la calle; aquél lugar al que no nos dejaban salir antes. Y todos deambulamos de acera en acera sabiendo que necesitamos un plan. Pero somos tan diferentes. ¿Encontraremos la solución a los problemas derivados por esta fe capital?, ¿resurgirá nuestra esperanza para unirnos y hacernos más fuertes? En realidad somos invencibles, pero nunca hemos creído en eso...

viernes, 6 de julio de 2012

Las manos


Y nacemos con las manos tan vacías, que incluso cuando los objetos llegan a nosotros, cuando los cuerpos se nos acercan, vacilamos entre la caricia, y la avaricia, y no sabemos, aún no hemos aprendido, que se ha de hacer con ellas.
Y es que nos acercamos con las manos; necesitamos del contacto tanto como por él sentimos repulsión. La curiosidad se calma con las manos, y también la cólera. El amor se expresa con las manos, y también el odio. Y porque sólo son las manos, con ellas construimos como derribamos, con ellas nos secamos las lágrimas, y nos tapamos la boca en una estruendosa carcajada. Y con ellas provocamos placeres, las arrimamos a los otros para simplemente demostrar que se es, y que se existe, y que el otro, comparte tu existencia, tu tiempo y tu espacio. Pero con las manos, se han ahorcado y desgajado, se han desdoblado almas, y se han dirigido tropas de imbéciles, que cargaban en sus manos, las desgracias de los otros. Con las manos hemos torturado las conciencias, si, con las manos. Las hemos manchado y ensuciado con el sufrimiento de un otro; rotos y resquebrajados rostros, con las manos.
Así como las manos hoy son, para mí, en ti, mañana dejarán de ser. Las manos son ese rejunte de huesos y tendones, ese amasijo de carne con madera de Silvio, y sin embargo son las manos, en su significación, lo que va por delante nuestro. Lo que está allí, aún antes que tú y tu conciencia; y tus inconciencias.
Con esas manos envías, diriges, mandas, señalas, tomas distancias, infectas, niegas, reclamas, entorpeces, atormentas, y reprimes.
Con esas mismas manos, saludas, reverencias, acaricias, adormeces, encuentras, edificas, impulsas, sueltas, abres, afirmas, siembras y cosechas, y expresas.

Con las mismas manos, con la izquierda y la derecha, se hace y se deshace en eternas distancias, contrapuestas, transmutando de una a otra, de una acción a otra, con una y otra mano, vamos marcando los pasos, haciendo malabares entre las caricias y las injusticias, entre las posesiones y los acercamientos. Entre los sujetos y los objetos. Entre las manos, sólo nuestra historia va pasando, de mano en mano. Manos arrugadas, ásperas, viejas, ampolladas, calladas, sucias, resquebrajadas; así son muchas manos.
Pero hay manos blancas, suaves, lisas, luminosas, limpias y encremadas, esas no son manos amadas.
Hay manos presas, atadas, guardadas, cortadas. Y hay manos sueltas, abiertas, libres y esperanzadas.
Son las manos viejas y resquebrajadas, esas son las manos imprescindibles de Bertolt Brecht.
Todo simplemente va pasando por las manos.
Y desposeídos, sólo con las manos, así nacemos.

viernes, 22 de junio de 2012

Nebulosa

No puedo dormir después de las seis.

Es lunes, o al menos eso creo. Entre el pasaje que lleva de la noche al día contemplo mis pies envueltos en algodón, ¿qué soy?

No existe el silencio. Jamás podré escuchar su murmullo.

Y ningún alma se libera del candado que arrastra durante estos días inciertos.

Si flotamos dentro de una nebulosa impregnada de sueños, por qué nos cuesta tanto vivir.

Si sólo somos pequeños fragmentos de lo más inimaginable, por qué anhelamos una superioridad inservible.

Cuando nuestros caminos se cruzan diariamente pienso en lo que los sentidos recogen de cada mínima unidad de control; unidad de medida, unidad de segregación. Te miro con miedo a que puedas conocer lo que mis herramientas de cálculo estudian incesantemente sobre tu ser.

Y tengo remordimientos si pienso, porque me enseñaron a no hacerlo. Y no sé que decirte cuando no hablas, ni dices nada; cuando sólo me atraviesas con el arma más destructiva que pueda existir. Cuando llegas a los lugares más abstrusos de mi mente. Cuando a través de ti percibo lo indescriptible.

Si el miedo nos pone a prueba y si cedemos ante la normativa digerida, qué crees que quedará de nosotros, si vivimos mientras volamos en este espacio infinito. Sin medida. Ignoto. Inquietante.

Viajo a ninguna parte. Al trabajo. Al emplazamiento donde no sé quién soy. Donde estoy vigilada. Donde me etiqueto y me pierdo. Donde no descubro nada. Donde desaparezco.

Pasa lo que no soy capaz de detener. Ocurre que mis microcélulas van muriendo. Sucede que me desplazo en la nada y vivo sin saber lo que es vivir.

Aparece el crepúsculo, en el fondo, nunca en la superficie. Me detengo. Tanta sutileza me abruma. Si debe existir la palabra riqueza, que sea aquí donde recobre su sentido.

Voy a buscarte. Estás esperando a que se produzca algo en tu tiempo congestionado. Te aferras a la idea de que no existe algo más difícil que vivir. De qué tienes miedo. Esto sólo es el final de lo que nunca comenzó. Esto es lo que se siente cuando nos sostenemos en una flor que renace plagada de dudas.

Y qué es la vida, sino nuestra gran incógnita.









miércoles, 6 de junio de 2012

Mucho peor

La finísima epidermis de tu forma de ser
viste igual que las azoteas de los edificios domóticos;
funcionales,
de ciencia ficción…
en la imaginación de arquitectos en la cola del INEM.

Piel de alma que parece un traje
de placas de plata
sorbiendo las energías solares
con la misma ávida sed…
con la que los niños, en verano, beben de la fuente de un parque.

Aunque lo que temo es tu interior.
Tan hosco,
oscuro y abrupto:

“Mucho peor que las primeras cuevas
colmadas de Neardentales  enfermos de miedo.

Mucho peor que tu deseo
de mi no nacimiento.

Mucho peor que la faz del planeta
arrasada por llamaradas doradas.

Mucho peor que las epidemias
que merman naciones enteras.

Mucho peor que la ira del Dios de los judíos,
mucho peor que el dolor de las hernias discales,
mucho peor que los partos sin inyecciones epidurales,
mucho peor que mis poemas
y mi sentido del humor”

Coreo “Mucho peor, mucho peor; pero mucho”
Como si fuera un conjuro…
Para alejarte
y no dejar que te multipliques.
Estúpido de mi;
como si tú fueras células de cáncer
y mi repetición sistemática quimioterapia
para evitar que me invadas.

Mejor guardaré silencio
antes de que sea demasiado tarde.
Intentaré parecer cuerdo
y sonreiré a los ancestros
que te esperan… que me esperan…
desligados del acoso del Tiempo.

Pacientes como la erosión.

(ANÓNIMO)

lunes, 14 de mayo de 2012

La arboleda


Todas las palabras no sirven para nada si mi parte compartida se niega a escucharlas.

La guerra nos separó; nos dejó esperando a la esperanza en lugares olvidados. Tú te fuiste al polo. Yo me mantuve en el trópico. Y siempre soñé con verte en el ecuador; en el punto medio entre mi juicio y tu razón. Los años pasaron y fuimos sumando desaciertos, otras sorpresas sin embargo fueron añadiéndose solas. Y poco a poco los abismos se fueron estrechando dejando fuera la displicencia de la que siempre se caracterizaron.

El drama terminó y volví a mi tierra. Allí planté una arboleda en homenaje a ti. Un árbol por cada vez que te he odiado. Un árbol por cada vez que te he querido.

Con el paso de las estaciones los árboles del odio no sobrevivieron. Desde aquél preciso instante me di cuenta de que los árboles del querer eran tan robustos que jamás podían morir. Y si algún día el clima o el paso del tiempo les debilitaba o les deteterioraba, yo siempre estaría allí hasta el final para protegerlos.
 




lunes, 7 de mayo de 2012

No eres la casualidad

Cinco siglos como siempre no son casualidad, alguien tuvo que decidir como debía pasar el tiempo. Y el destello de tus ojos no es casual amiga, hermana, pieza... Me miras bajo el umbral del pasado, sabiendo que mi inconsciente te sintió en una parte remota de la historia.

Porque no creemos en la casualidad. Porque está todo escrito. Porque ellas nos protegen.

Y con nuestro humo nos vaciamos de lo que este mundo nos arroja y con nuestras manos irreales borramos los estigmas que nos han proporcionado durante estos años. Y no podrán cambiar jamás un ápice de nuestro amor irracional por las que nos regalaron el origen.

Nos dimos cuenta pues de que nos encontrábamos en la dicotomía entre nuestra libertad y entre el encadenamiento al que estábamos sujetas desde el primer segundo, y en el que se encontraban todos a los que nos debemos. De manera recíproca somos dueñas de cientos de fragmentos.

Yo soy ama y esclava.

Sentada sobre simples reproducciones encuadernadas de las fascinantes obras de Chagall, sólo puedo escucharla a ella. Su voz entona una canción de León Gieco y todo se detiene. La casa se acongoja pero nosotras nos atravesamos con la mirada y afortunadamente parece que al fin todo tiene un sentido. Y ella sigue cantando sin freno.

Ella es poesía, y su vida... Viviendo, sí, nada más.

No deja que cumpla con mis obligaciones. El tiempo se ralentiza y finalmente nos detenemos hipnóticas. Es entonces cuando su autora baja por unas escaleras suspendidas que conectan estos dos estados de las cosas y le coje de la mano. Ya están juntas otro día más; un segundo más para el ángel, uno menos para su piel. Y es en ese breve instante cuando ella le canta su canción. Una canción sin nombre, su mejor regalo.

¿Y cómo no reirá? Si sabe que el reino de los cielos es de ella. 






sábado, 5 de mayo de 2012

"Resumen de Noticias" Silvio Rodriguez.



Que nos explica quizá: 

He estado al alcance de todos los bolsillos, porque no cuesta nada mirarse para adentro. He estado al alcance de todas las manos que han querido tocar mi mano amigamente Pero pobre de mi! no he estado con los presos de su propia cabeza acomodada, ni he estado en los que ríen con sólo media risa los delimitadores de las primaveras. No he estado en los archivos ni en las papelerías y se me archiva en copias y no en originales, no he estado en los mercados grandes de las palabras pero he dicho lo mío a tiempo y sonriendo No he estado enumerando las manchas en el sol pues se que en una sola mancha cabe el mundo, he procurado ser un gran mortificado para si mortifico no vayan a acusarme. Aunque se dice que me sobran enemigos todo el mundo me escucha, bien quedo cuando canto, yo he preferido hablar de cosas imposibles  porque de lo posible se sabe demasiado. He preferido el polvo, así, sencillamente pues la palabra amor aun me suena hueco, he preferido un golpe así, de vez en cuando porque la inmunidad me carcome los huesos. Agradezco la participación de todos  los que colaboraron con esta melodía, se debe subrayar la importante tarea de los seguidores de cualquier nacimiento. Si alguien que me escucha se viera retratado sépase que se hace con ese destino, cualquier reclamación que sea sin membrete buenas noches amigos y enemigos

jueves, 3 de mayo de 2012

Cuando aún existían las gorristerías

No sabemos que sucedió con aquellos espacios decorados minuciosamente y con aquellas cortinas aterciopeladas color verde. Nos contaron que poco a poco fueron desapareciendo pero no nos desvelaron su final.

Recuerdo el olor a puro y los tirantes color marrón; el tacto de la madera de roble y el sabor del café que llegaba en barco semanas más tarde.

La inmediatez se conseguía con el contacto visual y con la respiración a tan sólo veinte centímetros. El lugar se llenaba de eufemismos y de largas conversaciones, o por lo contrario de unos tímidos pero intrigantes silencios.

Pero ahora las calles reniegan de su pasado y se establecen dentro de un conflicto presente entre lo que ellas quieren y lo que ya no son. Y la gente sube y baja por donde estaba la antigua gorristería, un espacio que ya no existe, una palabra desconocida que ya carece de todo sentido. Y ¿cómo recordar al vacío?

Los viandantes se cruzan continuamente con el transcurso de la vida; de la que está y de la que ya no está, y son capaces de percibir por su propia voluntad las múltiples historias que debieron quedar en algún lugar de las losas grises. Unas losas ya tristes después de soportar durante tanto tiempo el peso y el dolor de la indiferencia.

Las olvidadas aceras que aún sujetan los metros de hormigón descansan inocentes, paradójicamente en un mar de latidos y de suspiros. Ahora ya se percibe la fragancia de la soledad de la urbe, y se escucha también el murmullo intolerante de los pasos de aquellos que día a día son capaces de observar los retales de lo que viene y va, pero que adormecidos en el sueño de la cultura de la aceleración no son tan ágiles como para pretender interesarse por lo que ya se fue.






miércoles, 2 de mayo de 2012

Las mujeres del habitáculo.


Es una completa extraña,
al borde de mi habitáculo.
No sé que hace aquí.
No sé quién está detrás de esa puerta.
Ni dentro.

Yo estoy dentro, y ella no.
No sé cuando me fui.
No sé si quedarme.
Ni sé cuando me iré
Ni sé si me quedé.

Contemplo aquí,
con esta extraña que me observa.
Y curiosa me pregunta.

Yo no sé quién es.
Ni porqué está aquí.
Parece una extraña mujer,
que perdida,  se busca
y no se encuentra.
Porque yo no sé.
Desconozco este habitáculo.

El Seol.


Soles en el mar
encuentran lluvias.
Tibias.  Tibias.
Duermen pájaros del Seol,
cantan golondrinas.

Llueve eterno en mi ser.
Cantos enfurecidos.
Cantos de tristeza.
De una pena fría

Llueve en el mar.
Duerme allí la luz.
Duerme allí, tu.

Las tormentas del alba
me entristecen con calma.
Y canto al fin 
cuando llueve rápido en mi cama.

Llueve más de lo alcanzado
con  la vista.
Llueve calido en el alma.

Y el sol 
está con los pájaros,
migrando al infinito.
Ven la sombra 
de quien ya no palpita, no.

El Seol.

No palpita mi aura.
Canto. Y la arena
suave en mi cama,
roza mis pies descalzos.

La calma embriaga,
ahora mi playa.
Y adormece la mirada.
Cuando llueve, siempre un Seol.

Siempre carga destellos
de nada.
Lluvia y calma.
La sal de mis pies
es algo en ascuas.

Canto. Sal. Arena. Seol. 
En mi alma siempre
una lluvia y su borrasca.

lunes, 30 de abril de 2012

Lo que saben los girasoles

Una luz que no deja de brillar es absorbida y digerida por un mundo de color atardecer; un mundo que busca algo más que lo que aquí se encuentra.

Sus miradas no dejan de buscar el calor, la belleza y la paz que aquí carece. Sus cuerpos están impregnados de la verdad más absoluta y de la irracionalidad más pura. Y mermarán sus cabezas dando paso a la tristeza. Saben que su destierro es inminente y que pronto alguien robará a sus hijos y que su amor por la tierra fallecerá.

Y comprenderán que no son libres, que su tiempo es finito y que el último aliento siempre debe llegar. Y al concluir su etapa en este espacio escurrirán su vida en un pedazo de cristal con forma sinuosa y nunca más volverán a ver el resplandor de la estrella que un día les hizo dichosos.



lunes, 23 de abril de 2012

La eternidad

Ayer aún estábamos en aquél café compartiendo el reflejo de nuestros pensamientos y descifrando los múltiples códigos que escondían nuestras pupilas, abrumadas al contemplar que existíamos en un mismo momento, en un mismo espacio y que todo resultaba tener sentido pues.

Parece que haya pasado una eternidad...

Y camino sobre la arena como las teclas tocan el cielo en la Gnossienne nº 3 de Satie. Voy recordando el tiempo que nos juntó y que ahora nos separa, y no dejo de pensar en que nuestras almas coincidieron en otras vidas sin saber exactamente como de latente fue lo que pudieron llegar a sentir.

Si el destino estuvo escrito, en la página 8 no dejamos nunca de querernos.

Paseo por el limbo mientras recuerdo las manos que te hacen libre y al mismo tiempo te esclavizan. Y tú... Tú ya no recuerdas nada.

Cada día dibujo desde donde estoy un mundo en el que estás y miras al infinto, como siempre has hecho, como siempre hacías... Y tu esperanza se tiñe en mis lienzos de color gris y busca un contraste con el fondo verde, pero jamás lo encuentra.

Ya no crees en mí, ni en la vida que dejamos encubierta en las sillas y mesas de madera, ni en los vasos y tazas en que reposamos la profunidad de nuestra historia, tan lógica, tan oculta...

Y quienes leen nuestra biografía se detienen en el punto en el que tu aliento marca la existencia de un olvido que se mantiene hasta el final de tanta literatura. Y la fragilidad de nuestros escudos invisibles que intentaban defendernos de nosotros mismos se convertirá en la anécdota más melancólica del periodo que nos separa de la felicidad.

Nuestras patéticas voces marcan la fatalidad de la imposibilidad. Nunca supe a ciencia cierta lo que conllevaba amar desesperadamente aquello que nunca puede poseerse. Y nos convertimos en seres infaustos, como cuando abandonamos el vientre materno, el primer día que ya nos cuenta en esta falsa realidad, en este lugar arisco y desolador en el que buscamos desesperadamente soluciones a problemas que no existen, y en donde imploramos un respeto que ni siquiera somos capaces de ejercer.

Y pareció que hubiese pasado un tiempo confuso en el que no fuimos capaces de mirarnos bajo la tenue luz de la incertidumbre; y tocarnos fue un sueño consciente de su carencia de realidad. Una temporalidad difusa despojada de toda conciencia colectiva, en un lugar en el que se perdió la fe, en un instante que desapareció, en un mundo que nunca llegó a existir.

viernes, 20 de abril de 2012

Querernos en los azules

¿Y si nos quisiéramos en los azules?, ¿qué ocurriría si desafiáramos al tiempo que está escrito?

¿Qué es arte?

...

Para mí tú eres arte. Y la playa, y muchas otras cosas más.

...

Se llevarán nuestros sentimientos y los aporrearán hasta que sangren, pero jamás podrán robarnos el amor que dejamos pintado en los azules. Y tus ojos dejarán de contemplar el mundo de la misma forma que lo habían hecho hasta ahora y decidirán viajar hasta la rebeldía, hacia ese extraño lugar que amamos, hacia los muchos mundos que nos caben en los bolsillos de nuestros olvidados ropajes.

No nos limitamos a difundir cientos de incoherencias, quisimos entender los principios que poseían, y así entonces poder llegar a cumplir nuestra misión en este enrejado. Nuestra crítica a la crítica no nos dejó más que cópula, una unión, una soldadura entre las suturas de nuestra libertad.

Y articulamos las palabras necesarias para saber que nos respetábamos y que nos filtrábamos en los azules.

Nuestras manos prodigiosas dibujaron un mundo feliz, sin papeles, y sin significados ni significantes. Y dejamos de fingir para poder crear con total sinceridad igualdades empapadas de vivencias, y escurridas de toda hipocresía, de todo miedo y de toda estigmatización.

Y por fin, nos quisimos en los azules. Y dejamos de ser intolerantes. Y cortamos todos los hilos que llevábamos arrastrando. Y no existieron las armas, ni los dioses, ni los complejos, ni la ira.

Tu razón, todo tu sentido, lo que yo tanto anhelé ya forma parte de mis trazos. En ellos se muestra que eres una obra de arte. Todo es más fácil si nos queremos en los azules, si nos miramos y nos rompemos, si nos tocamos y nos estremecemos. Si dibujamos palabras sencillas que hagan este recorrido más llevadero.





miércoles, 18 de abril de 2012

Airin


Los espacios no importan.
No son, simplemente.

El tiempo, el lugar.
Mi nada y tu nada juntas
pueden serlo todo.

Es posible bailar
enajenadas con la luna,
danzar un vals,
cantar un blues.
En otro espacio
En nuestro tiempo.
Love is all we need.

Y cuatro gnomos locos
pasan.
Y observan.
Escuchan nuestra serenata.
Cantata de puentes amarillos.
Serenas
Y sirenas.
Convulsionadas.

Airin, despierta. Ya es la luz. 

sábado, 14 de abril de 2012

Y llenarlo todo de flores...

Conduciendo el coche, sobre el aburrido y gris pavimento, siguiendo unas barritas blancas que te indican sutilmente por donde “debe” ser tu camino...


 FLORES.


Flores pintadas y flores reales por toda la calle. De colores vivos, azules, rojos, naranjas, amarillos, violetas, verdes… flores Jazmines, Violetas, Rosas, Amapolas, Margaritas, Peonias, Gerberas, Camelias, Claveles… algunas aromáticas como la Peperina, la Albahaca, la Menta… y algunos yuyitos silvestres que no querían desprenderse. La calle invadida de flores...  que empezaban a marchitarse, porque tanto dióxido les entristece. Se marchitaban de a poco. Pero los bichitos, que llegaban de a poquito,  las inseminaban con entusiasmo, les hacían compañía. Empezaron siendo unos poquitos, y cada vez se sumaban más y más al espectáculo.

Abejas ansiosas por llevarse el polen… mariquitas sobrevolando, y algunos otros bichitos esquivando el caucho circular que llevamos a modo de piernas cuando vamos encapsulados, trasladándonos de un lugar a otro. Algunos pobres bichitos, se quedan pegados en la brea cuando ésta se derrite con el calor del sol. Los voladores, esquivan cristales gigantes a través de los cuales nosotros les observamos, encapsulados. Algunos chafados cadáveres son increpados por el limpiaparabrisas, que termina desparramando los juguitos del bichito. Que tristeza, algunos de sus amiguitos los lloran a los lejos, mientras nuestras caras de asco replican con morbosidad lo espantoso de la escena. ¡Pero las flores están pintadas! y hermosas algo invalidas en las macetitas.

Yo las pinte de noche, y encargue un regimiento de hombrecitos pequeños para que me ayuden… ellos no son humanos, y no fue fácil convencerles por unos pocos pesos.

Ellos me preguntaron…. ¿A que se debe este acto vandálico? ¿vandálico pense?

No respondí… antes quería observar los ojos de las personas cuando vieran, que bonito sería andar cada día entre millones de flores.

Flores en las veredas. Y alegres los gusanitos, las mariposas, las mariquitas, las abejas, y otros insectos, se acercan a cada una de ellas, para expresar su amor. En un acto de reciprocidad incalculable, bichitos y flores, se alimentan y se mantienen con vida mutuamente. Los unos sin las otras, no podrían sobrevivir, y viceversa. Pero por las calles de la frenética y bulliciosa ciudad, la gente corre apresurada, se choca si disculparse, se miran con odio cuando alguien se cuela, y se gritan por absurdos malentendidos, entre peatones, ciclistas, motoristas y conductores. Los señores del autobús arrancan antes de lo previsto, y los hombres golpean el fuerte metal con rabia. Mientras, entre tanto individualismo desapercibido, la urbe resulta un lugar hostil para las flores y los bichitos. 

Yo puse ahí las flores.

Me ayudaron unos otros señoritos pequeños  que por algo de dinero, accedieron de mala gana a cambiar el paisaje urbano en una noche.

Y me preguntaron… ¿A que se debe este acto vandálico?
 
No respondí… antes quería observar las narices de la gente cuando vean lo lindo que sería ir oliendo millones de flores cada día por las calles.

Flores en las puertas y ventanas. Pintadas y reales.

¡Y la gente se asustó!

Sintieron miedo. Creían que alguien que les odia había arruinado las puertas y ventanas de sus edificios y hogares. Algún grupo radical  o terrorista estaba queriendo arruinarles el fantástico y apabullante día de oficina que les esperaba. Algunas amas de casa, vieron con agrado el espectáculo al principio, pero sacaron la lejía y el estropajo, para acabar dejando cristales impolutos que permitían ver la grandiosa, borrosa, humeante y ruidosa ciudad en la que viven. Puertas que volverán a tener que barnizar, por arruinar la madera, al quitar mis flores. Los porteros de los edificios, por alguna razón agarraron las macetitas, y las colocaron cuidadosamente en las entradas. Pero sólo algunas, las más chiquitas. Las otras  fueron directas al contenedor. Los portales pintados, fueron automáticamente limpiados, bien temprano, a su horario de entrada por los conserjes, antes de que sus jefes vecinos les dijeran algo.


Pero los bichitos, que salían de sus oscuros escondites, allí donde nunca los vemos, excepto alguno que otro que ya esta más "civilizado", comenzaron a salir a la luz. Miraban al sol, y pensaron que se trataba de un milagro. Se fueron llamando, y no paraban de llegar bichitos y más bichitos.

Y pluf!
Mi paraíso urbano comenzaba a desaparecer.

Limpiaron las calles. Se llenaron de policías interrogando a la gente, y la prensa estaba tomando notas, sacando fotos y decían que se trataba de un grupo de vándalos aburridos.

Y es que mi intención, era trasladar lo más lindo que la tierra nos regalo. Sol, flores y vidas alegres, voladoras y danzantes.

Tras el incidente, comprendí la pregunta que me hacían aquellos hombrecitos pequeños… ¿A que se debe este acto vandálico?

Fue vandálico, sí. Porque nadie supo comprender ni apreciar la belleza de las flores, la serenidad de su color, la suavidad de su textura, la luminosidad de sus hojas frente al sol, la alegría  de su polen al recibir las abejitas, el encanto de las mariquitas mimetizándose con las Rosas rojas y sacándoles pequitas. La tranquilidad de los gusanitos rodeando los tallos, y las lombrices aireando la tierra de las macetas. El canto de las abejas al llamar a sus amigas, danzando en círculos, señalando el lugar de la comida, y visionando de repente la abundancia de sus colmenas. La delicadeza y la elegancia de las mariposas rodeando las florcitas con sus alas, posándose como para un cuadro sobre los débiles y tiernos pétalos de las flores. Relacionándose y charlando con las avispas, y ayudando a subir por los tallos a las hormiguitas, que no tienen alas, y querían un cachito de hojita.

Y empecé a ver lo que estaba pasando.

Las mariposas enredándose en los pelos de las señoras recién salidas de las peluquerías. Las avispas aplastadas por los maletines, estampadas en los parabrisas. Los gusanitos pisados, y las hormiguitas ahogadas por baldazos de agua que tiraban desesperados los señores de las tiendas. Pesticida que los bomberos habían puesto en sus tanques de agua. El veneno, el enojo, la furia, el cólera, el asco de las Ladies de la ciudad, la lejía y los estropajos, dejaron otra vez la ciudad limpia.

Millones de bichitos y flores murieron ese día…

Desde aquella mañana, no volví a dedicar mis noches a hacer más “actos vandálicos”. Los hombrecitos, habían comprendido antes que yo, lo que pasaría al intentar unir a los "hombres" con la naturaleza, por muy bella e imprescindible que ésta nos sea.

jueves, 12 de abril de 2012

A Elisa

Tu mirada encierra demasiadas cosas. A veces es como la Luna y mengua, otras renace y muchas brilla con intensidad fehaciente. Tus palabras no son más que estrellas que se pasean por el abismo del tiempo que a su vez corre por tus venas. Eres una, pero llevas en tu piel los trazos de la vida; el ojo de la que siempre amarás, el significado de la palabra libertad... Cuando miras al cielo tus pestañas afloran de la crisálida, y cuando cierras los ojos descansan y vuelven a dejarte frágil por fuera, pero por dentro tu mundo sigue resistiendo en una lucha entre la melodía y el ruido.

Tienes demasiadas cosas que contar. Vuelve cada día, amanece, y en el crepúsculo, despójate de todos tus miedos. Vuela como una mariposa y dibuja con el color de tus alas aquello de lo que el mundo carece. Porque eres Elisa y sólo al batir tus alas comprenderás, y dejarás que todos comprendamos.


miércoles, 11 de abril de 2012

Elisa y Loli


Noble vandalismo


Muchos lo consideran un graffitero más, un individuo que ensucia las calles, y a su obra la califican como facilona, simple y a veces incoherente. Pero lo cierto es que hay más valores bajo las imágenes de Banksy que bajo los flashes publicitarios que nos rodean.

Las obras de Banksy hacen reflexionar a los ojos que las contemplan. No pueden dejar indiferente a nadie porque su objetivo es llamar la atención de los que están de su lado y sobre todo lo más importante, de los que no comparten sus ideas y actúan bajo los efectos del capitalismo llevado al extremo.

Su obra, para muchos sinónimo de vandalismo, es la más pura reivindicación del nuevo arte que huye del academicismo y que sale de las galerías para reivindicarse en las calles, denunciando hechos reales que suceden en un sistema que nos aprieta, nos ahoga y nos maltrata pero al mismo tiempo, un sistema en el que no dejamos de jugar. Incluso los sprays y la pintura que utiliza el artista, o las imágenes que luego convierte en plantillas están proporcionadas por el sistema. Pero no por ello debemos juzgar a este artista de incoherente, tal mención sería un argumento fácil para negar sus hazañas, porque no sólo debe juzgarse la obra, sino también su contexto y su proceso.

Si el arte debe provocar sensaciones la obra de Banksy sin duda se merece dicha distinción. Su obra es incisiva, realista y atractiva visualmente. Al espectador no le cuesta entender el significado de ésta; es un mensaje claro y persistente. Persistente porque hace que el espectador se cuestione ciertas actitudes, ciertos valores. Banksy intenta que nos despertemos del sueño capitalista y nos digamos a nosotros mismos “¿Qué estamos haciendo?, ¿cómo podemos tolerar esto?”.

Pero Banksy no es el precursor del Movimiento Stencil donde se aplegan estos graffitis por llamarlos de alguna forma tan cercanos a reivindicar la libertad de expresión. En los años de la dictadura italiana ya se utilizaba el Stencil para que la propaganda fascista fuese más directa y décadas después Blek le Rat ya adornaba las calles de París con esta técnica gráfica.

Que el británico no sea el único no significa que tenga que ser menos. Banksy innova y pese a que todas sus obras mantienen el tono crítico e irónico y tienen el mismo objetivo, el artista no deja de plasmar historias diferentes en diferentes ciudades y diferentes lugares.






viernes, 6 de abril de 2012

Papilionidae


¿Qué harías si fueras rico? Preguntó.

Y salieron las simples y banales cosas que los seres humanos solemos explicar. Ese compartir con otros que nos reconforta. Y todo aquello que ya hicieron otros, pero Yo.

Eso me gusta… pero Yo… respondió él.

Aunque yo gastaría mi dinero en hacer cosas absurdas:

Llenaría tu casa de mariposas, para que al abrir la puerta, salieran millones de ellas a recibirte.

Me explicó.

Estamos rodeados de absurdos cotidianos que molestan, convulsionan y entristecen. Un absurdo lleno de hermosas y coloridas mariposas, sería una escena única. Uno de esos instantes imposibles de mantener en el tiempo, pero incapaces de borrarse de la instantánea y  etérea memoria. Un sin fin de seres voladores, pequeños, que se metamorfosean de una fea oruguita, a un ser esplendido que siempre atrapó nuestra atención. Mariposas. Y si serán bellas, que cuando el amor nos apodera, ellas se instalan en el estomago, para simbolizarnos esa sensación de levitar y volar cuando estás enamorado. Luego se van, simplemente vuelan. Pero siguen siendo únicas y bellas.

Imagina por  un instante… que al abrir la puerta de tu solitaria casa, al volver de la ininterrumpida rutina, millones de mariposas, reflejadas por la luz del sol entrando por el  ventanal que no tienes, rozan tu cara, tus brazos, tus manos, para tan sólo pasar por tu lado, y salir de tu vida en un instante. Tan sólo imagina Mariposas.

sábado, 31 de marzo de 2012

Dos vidas para la felicidad


Inmediatamente después de que cayeran las últimas hojas, llegó el invierno, y con él, los recuerdos de vidas pasadas; recuerdos que mantenían caliente al corazón. Pareció que hubiese pasado toda una vida, pero lo cierto es que el tiempo se esfumó, como las últimas hojas, y todo volvió a ser como lo fue antes, desde un buen principio…

El mundo y el miedo. El verbo y el amor. Nadie dijo que fuera fácil. Es más difícil huir; echar a correr. Es más fácil quedarse y vivir callando. Pero no todo puede callarse. Al final el silencio puede llegar a matarte.

Los días son bonitos, como nuestros rostros al contemplarlos. Ver el último día junto a ti, eso sí es lo más bonito del mundo.


Después de años escondido bajo las piedras de su pirámide hecha a medida salió a contemplar los oasis que le rodeaban. No creía en lo que veía, pero al menos sabía que estaba viviendo.

La brisa del mar, las risas de la gente, los cucuruchos de fresa, las coles del huerto, un cuadro de Chagall. En eso se resume todo, y todo se resume en eso. ¿Qué quieres hacer aquí?, ¿crees que puedes elegir?, ¿crees que tienes derechos?

¿Qué vale un cucurucho de fresa?, ¿qué precio tiene una col de tu huerto?, ¿qué valor le das a tus manos?

Subes unas escaleras que te llevan a ninguna parte, y por fin dejas de tener miedo a la soledad. Por fin vuelves a sentir que estás en algún lugar, quién sabe dónde; pero es algún lugar. Puedes volver a empezar otra vez. Puedes conectar tus inquietudes con el futuro incierto. Puedes ser optimista, o puedes desaparecer. Pero puedes aprender a perder, puedes saber que es caer, y puedes proclamarte vencedor aún y así.

Y si eres feliz a quién le importa.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Poesía.


Quizás poesía, solo poesía
sea lo que me has dado.
Llamar a las palabras y venid poesía.
Proclamarte en alto, y decir poesía.
Buscarte en vano, y gritar poesía.

Quizás sea el mayor legado
tu amor en vida.
O quizás sea, tu MAYOR POESÍA.
Gritar tu nombre y volver en  eco
Poesía.

Desentramarte en muerte
y sorprender poesía.
Encontrarte en otros,
y ver poesía.

Porque al final de tu vida
Tu alma, tu cuerpo hinchado,
tus dedos,
eran poesía.

Porque me provocas, poesía.
Porque te llevaste,  POESIA.
La poesía de mi vida.

Un domingo en madrugada
me faltaste.
Poesía.
Y nunca más volviste.
Poesía.

Deja ya de burlarte, tu,
poesía.
Y devuélveme a la poeta
que se llevo mi vida.

Gorgónea


-Mentira. Todo lo que has dicho ha sido mentira. Ya no puedo creerte.
-Lo siento.

Gorgónea me mintió, me ocultó durante más de veinte años su romance con Nicom. Estaba furioso y al mismo tiempo me sentía impotente, ya no se podía hacer nada más. El tiempo había seguido su curso y Gorgónea también. ¿Cómo pensar que algún día podría cambiarla? Siempre fue más fuerte que yo. 

Nos conocimos hace unos mil años, mi vida estaba completamente vacía, y pese a que siempre lo estuvo, al menos su sombra y su recuerdo equilibraron la balanza del miedo durante un corto plazo.

Su mirada fue una picadura venenosa de la que jamás pude recuperarme. Si aún estoy, herido estoy. Ella siempre fue muy dolorosa, me asustaba pero me atraía enormemente, sin medida, perdiendo el control de todo lo que un día creí. Sabía que me mentiría constantemente, pero jamás pensé que se burlaría de mí con mi peor enemigo: Nicom.

Fue el destino, sí, más tarde lo leí y allí estaba escrito, pero en aquél instante jamás me hubiese dado cuenta. Su veneno aún me quema, no dejo de pensar en su melena y en sus ojos, siempre quise que fueran para mí, pero ella jamás me correspondió. Te echo de menos, aún tengo clavadas tus uñas en mi espalda y guardo uno de tus cabellos con el que duermo durante toda la eternidad.

Hoy, un día más para el resto, nada más para mí, he pintado a mi doncella en un espejo para poder verme junto a ella. No sé dónde estás Gorgónea; yo estoy en el infinito, esperándote, mintiéndome a mi mismo como siempre pensando, recitando poesía para mis adentros, soñando que sueñas conmigo mientras duermes con Nicom.

Tengo miedo, no quiero pensar en que voy a sufrir si ya nunca estarás aquí. Estoy solo y así estaré, esperando a que alguien me diga hasta cuando, aunque dudo que alguien pueda decírmelo.

Me duele lo que nunca supe, lo que nunca conocí.