lunes, 30 de abril de 2012

Lo que saben los girasoles

Una luz que no deja de brillar es absorbida y digerida por un mundo de color atardecer; un mundo que busca algo más que lo que aquí se encuentra.

Sus miradas no dejan de buscar el calor, la belleza y la paz que aquí carece. Sus cuerpos están impregnados de la verdad más absoluta y de la irracionalidad más pura. Y mermarán sus cabezas dando paso a la tristeza. Saben que su destierro es inminente y que pronto alguien robará a sus hijos y que su amor por la tierra fallecerá.

Y comprenderán que no son libres, que su tiempo es finito y que el último aliento siempre debe llegar. Y al concluir su etapa en este espacio escurrirán su vida en un pedazo de cristal con forma sinuosa y nunca más volverán a ver el resplandor de la estrella que un día les hizo dichosos.



lunes, 23 de abril de 2012

La eternidad

Ayer aún estábamos en aquél café compartiendo el reflejo de nuestros pensamientos y descifrando los múltiples códigos que escondían nuestras pupilas, abrumadas al contemplar que existíamos en un mismo momento, en un mismo espacio y que todo resultaba tener sentido pues.

Parece que haya pasado una eternidad...

Y camino sobre la arena como las teclas tocan el cielo en la Gnossienne nº 3 de Satie. Voy recordando el tiempo que nos juntó y que ahora nos separa, y no dejo de pensar en que nuestras almas coincidieron en otras vidas sin saber exactamente como de latente fue lo que pudieron llegar a sentir.

Si el destino estuvo escrito, en la página 8 no dejamos nunca de querernos.

Paseo por el limbo mientras recuerdo las manos que te hacen libre y al mismo tiempo te esclavizan. Y tú... Tú ya no recuerdas nada.

Cada día dibujo desde donde estoy un mundo en el que estás y miras al infinto, como siempre has hecho, como siempre hacías... Y tu esperanza se tiñe en mis lienzos de color gris y busca un contraste con el fondo verde, pero jamás lo encuentra.

Ya no crees en mí, ni en la vida que dejamos encubierta en las sillas y mesas de madera, ni en los vasos y tazas en que reposamos la profunidad de nuestra historia, tan lógica, tan oculta...

Y quienes leen nuestra biografía se detienen en el punto en el que tu aliento marca la existencia de un olvido que se mantiene hasta el final de tanta literatura. Y la fragilidad de nuestros escudos invisibles que intentaban defendernos de nosotros mismos se convertirá en la anécdota más melancólica del periodo que nos separa de la felicidad.

Nuestras patéticas voces marcan la fatalidad de la imposibilidad. Nunca supe a ciencia cierta lo que conllevaba amar desesperadamente aquello que nunca puede poseerse. Y nos convertimos en seres infaustos, como cuando abandonamos el vientre materno, el primer día que ya nos cuenta en esta falsa realidad, en este lugar arisco y desolador en el que buscamos desesperadamente soluciones a problemas que no existen, y en donde imploramos un respeto que ni siquiera somos capaces de ejercer.

Y pareció que hubiese pasado un tiempo confuso en el que no fuimos capaces de mirarnos bajo la tenue luz de la incertidumbre; y tocarnos fue un sueño consciente de su carencia de realidad. Una temporalidad difusa despojada de toda conciencia colectiva, en un lugar en el que se perdió la fe, en un instante que desapareció, en un mundo que nunca llegó a existir.

viernes, 20 de abril de 2012

Querernos en los azules

¿Y si nos quisiéramos en los azules?, ¿qué ocurriría si desafiáramos al tiempo que está escrito?

¿Qué es arte?

...

Para mí tú eres arte. Y la playa, y muchas otras cosas más.

...

Se llevarán nuestros sentimientos y los aporrearán hasta que sangren, pero jamás podrán robarnos el amor que dejamos pintado en los azules. Y tus ojos dejarán de contemplar el mundo de la misma forma que lo habían hecho hasta ahora y decidirán viajar hasta la rebeldía, hacia ese extraño lugar que amamos, hacia los muchos mundos que nos caben en los bolsillos de nuestros olvidados ropajes.

No nos limitamos a difundir cientos de incoherencias, quisimos entender los principios que poseían, y así entonces poder llegar a cumplir nuestra misión en este enrejado. Nuestra crítica a la crítica no nos dejó más que cópula, una unión, una soldadura entre las suturas de nuestra libertad.

Y articulamos las palabras necesarias para saber que nos respetábamos y que nos filtrábamos en los azules.

Nuestras manos prodigiosas dibujaron un mundo feliz, sin papeles, y sin significados ni significantes. Y dejamos de fingir para poder crear con total sinceridad igualdades empapadas de vivencias, y escurridas de toda hipocresía, de todo miedo y de toda estigmatización.

Y por fin, nos quisimos en los azules. Y dejamos de ser intolerantes. Y cortamos todos los hilos que llevábamos arrastrando. Y no existieron las armas, ni los dioses, ni los complejos, ni la ira.

Tu razón, todo tu sentido, lo que yo tanto anhelé ya forma parte de mis trazos. En ellos se muestra que eres una obra de arte. Todo es más fácil si nos queremos en los azules, si nos miramos y nos rompemos, si nos tocamos y nos estremecemos. Si dibujamos palabras sencillas que hagan este recorrido más llevadero.





miércoles, 18 de abril de 2012

Airin


Los espacios no importan.
No son, simplemente.

El tiempo, el lugar.
Mi nada y tu nada juntas
pueden serlo todo.

Es posible bailar
enajenadas con la luna,
danzar un vals,
cantar un blues.
En otro espacio
En nuestro tiempo.
Love is all we need.

Y cuatro gnomos locos
pasan.
Y observan.
Escuchan nuestra serenata.
Cantata de puentes amarillos.
Serenas
Y sirenas.
Convulsionadas.

Airin, despierta. Ya es la luz. 

sábado, 14 de abril de 2012

Y llenarlo todo de flores...

Conduciendo el coche, sobre el aburrido y gris pavimento, siguiendo unas barritas blancas que te indican sutilmente por donde “debe” ser tu camino...


 FLORES.


Flores pintadas y flores reales por toda la calle. De colores vivos, azules, rojos, naranjas, amarillos, violetas, verdes… flores Jazmines, Violetas, Rosas, Amapolas, Margaritas, Peonias, Gerberas, Camelias, Claveles… algunas aromáticas como la Peperina, la Albahaca, la Menta… y algunos yuyitos silvestres que no querían desprenderse. La calle invadida de flores...  que empezaban a marchitarse, porque tanto dióxido les entristece. Se marchitaban de a poco. Pero los bichitos, que llegaban de a poquito,  las inseminaban con entusiasmo, les hacían compañía. Empezaron siendo unos poquitos, y cada vez se sumaban más y más al espectáculo.

Abejas ansiosas por llevarse el polen… mariquitas sobrevolando, y algunos otros bichitos esquivando el caucho circular que llevamos a modo de piernas cuando vamos encapsulados, trasladándonos de un lugar a otro. Algunos pobres bichitos, se quedan pegados en la brea cuando ésta se derrite con el calor del sol. Los voladores, esquivan cristales gigantes a través de los cuales nosotros les observamos, encapsulados. Algunos chafados cadáveres son increpados por el limpiaparabrisas, que termina desparramando los juguitos del bichito. Que tristeza, algunos de sus amiguitos los lloran a los lejos, mientras nuestras caras de asco replican con morbosidad lo espantoso de la escena. ¡Pero las flores están pintadas! y hermosas algo invalidas en las macetitas.

Yo las pinte de noche, y encargue un regimiento de hombrecitos pequeños para que me ayuden… ellos no son humanos, y no fue fácil convencerles por unos pocos pesos.

Ellos me preguntaron…. ¿A que se debe este acto vandálico? ¿vandálico pense?

No respondí… antes quería observar los ojos de las personas cuando vieran, que bonito sería andar cada día entre millones de flores.

Flores en las veredas. Y alegres los gusanitos, las mariposas, las mariquitas, las abejas, y otros insectos, se acercan a cada una de ellas, para expresar su amor. En un acto de reciprocidad incalculable, bichitos y flores, se alimentan y se mantienen con vida mutuamente. Los unos sin las otras, no podrían sobrevivir, y viceversa. Pero por las calles de la frenética y bulliciosa ciudad, la gente corre apresurada, se choca si disculparse, se miran con odio cuando alguien se cuela, y se gritan por absurdos malentendidos, entre peatones, ciclistas, motoristas y conductores. Los señores del autobús arrancan antes de lo previsto, y los hombres golpean el fuerte metal con rabia. Mientras, entre tanto individualismo desapercibido, la urbe resulta un lugar hostil para las flores y los bichitos. 

Yo puse ahí las flores.

Me ayudaron unos otros señoritos pequeños  que por algo de dinero, accedieron de mala gana a cambiar el paisaje urbano en una noche.

Y me preguntaron… ¿A que se debe este acto vandálico?
 
No respondí… antes quería observar las narices de la gente cuando vean lo lindo que sería ir oliendo millones de flores cada día por las calles.

Flores en las puertas y ventanas. Pintadas y reales.

¡Y la gente se asustó!

Sintieron miedo. Creían que alguien que les odia había arruinado las puertas y ventanas de sus edificios y hogares. Algún grupo radical  o terrorista estaba queriendo arruinarles el fantástico y apabullante día de oficina que les esperaba. Algunas amas de casa, vieron con agrado el espectáculo al principio, pero sacaron la lejía y el estropajo, para acabar dejando cristales impolutos que permitían ver la grandiosa, borrosa, humeante y ruidosa ciudad en la que viven. Puertas que volverán a tener que barnizar, por arruinar la madera, al quitar mis flores. Los porteros de los edificios, por alguna razón agarraron las macetitas, y las colocaron cuidadosamente en las entradas. Pero sólo algunas, las más chiquitas. Las otras  fueron directas al contenedor. Los portales pintados, fueron automáticamente limpiados, bien temprano, a su horario de entrada por los conserjes, antes de que sus jefes vecinos les dijeran algo.


Pero los bichitos, que salían de sus oscuros escondites, allí donde nunca los vemos, excepto alguno que otro que ya esta más "civilizado", comenzaron a salir a la luz. Miraban al sol, y pensaron que se trataba de un milagro. Se fueron llamando, y no paraban de llegar bichitos y más bichitos.

Y pluf!
Mi paraíso urbano comenzaba a desaparecer.

Limpiaron las calles. Se llenaron de policías interrogando a la gente, y la prensa estaba tomando notas, sacando fotos y decían que se trataba de un grupo de vándalos aburridos.

Y es que mi intención, era trasladar lo más lindo que la tierra nos regalo. Sol, flores y vidas alegres, voladoras y danzantes.

Tras el incidente, comprendí la pregunta que me hacían aquellos hombrecitos pequeños… ¿A que se debe este acto vandálico?

Fue vandálico, sí. Porque nadie supo comprender ni apreciar la belleza de las flores, la serenidad de su color, la suavidad de su textura, la luminosidad de sus hojas frente al sol, la alegría  de su polen al recibir las abejitas, el encanto de las mariquitas mimetizándose con las Rosas rojas y sacándoles pequitas. La tranquilidad de los gusanitos rodeando los tallos, y las lombrices aireando la tierra de las macetas. El canto de las abejas al llamar a sus amigas, danzando en círculos, señalando el lugar de la comida, y visionando de repente la abundancia de sus colmenas. La delicadeza y la elegancia de las mariposas rodeando las florcitas con sus alas, posándose como para un cuadro sobre los débiles y tiernos pétalos de las flores. Relacionándose y charlando con las avispas, y ayudando a subir por los tallos a las hormiguitas, que no tienen alas, y querían un cachito de hojita.

Y empecé a ver lo que estaba pasando.

Las mariposas enredándose en los pelos de las señoras recién salidas de las peluquerías. Las avispas aplastadas por los maletines, estampadas en los parabrisas. Los gusanitos pisados, y las hormiguitas ahogadas por baldazos de agua que tiraban desesperados los señores de las tiendas. Pesticida que los bomberos habían puesto en sus tanques de agua. El veneno, el enojo, la furia, el cólera, el asco de las Ladies de la ciudad, la lejía y los estropajos, dejaron otra vez la ciudad limpia.

Millones de bichitos y flores murieron ese día…

Desde aquella mañana, no volví a dedicar mis noches a hacer más “actos vandálicos”. Los hombrecitos, habían comprendido antes que yo, lo que pasaría al intentar unir a los "hombres" con la naturaleza, por muy bella e imprescindible que ésta nos sea.

jueves, 12 de abril de 2012

A Elisa

Tu mirada encierra demasiadas cosas. A veces es como la Luna y mengua, otras renace y muchas brilla con intensidad fehaciente. Tus palabras no son más que estrellas que se pasean por el abismo del tiempo que a su vez corre por tus venas. Eres una, pero llevas en tu piel los trazos de la vida; el ojo de la que siempre amarás, el significado de la palabra libertad... Cuando miras al cielo tus pestañas afloran de la crisálida, y cuando cierras los ojos descansan y vuelven a dejarte frágil por fuera, pero por dentro tu mundo sigue resistiendo en una lucha entre la melodía y el ruido.

Tienes demasiadas cosas que contar. Vuelve cada día, amanece, y en el crepúsculo, despójate de todos tus miedos. Vuela como una mariposa y dibuja con el color de tus alas aquello de lo que el mundo carece. Porque eres Elisa y sólo al batir tus alas comprenderás, y dejarás que todos comprendamos.


miércoles, 11 de abril de 2012

Elisa y Loli


Noble vandalismo


Muchos lo consideran un graffitero más, un individuo que ensucia las calles, y a su obra la califican como facilona, simple y a veces incoherente. Pero lo cierto es que hay más valores bajo las imágenes de Banksy que bajo los flashes publicitarios que nos rodean.

Las obras de Banksy hacen reflexionar a los ojos que las contemplan. No pueden dejar indiferente a nadie porque su objetivo es llamar la atención de los que están de su lado y sobre todo lo más importante, de los que no comparten sus ideas y actúan bajo los efectos del capitalismo llevado al extremo.

Su obra, para muchos sinónimo de vandalismo, es la más pura reivindicación del nuevo arte que huye del academicismo y que sale de las galerías para reivindicarse en las calles, denunciando hechos reales que suceden en un sistema que nos aprieta, nos ahoga y nos maltrata pero al mismo tiempo, un sistema en el que no dejamos de jugar. Incluso los sprays y la pintura que utiliza el artista, o las imágenes que luego convierte en plantillas están proporcionadas por el sistema. Pero no por ello debemos juzgar a este artista de incoherente, tal mención sería un argumento fácil para negar sus hazañas, porque no sólo debe juzgarse la obra, sino también su contexto y su proceso.

Si el arte debe provocar sensaciones la obra de Banksy sin duda se merece dicha distinción. Su obra es incisiva, realista y atractiva visualmente. Al espectador no le cuesta entender el significado de ésta; es un mensaje claro y persistente. Persistente porque hace que el espectador se cuestione ciertas actitudes, ciertos valores. Banksy intenta que nos despertemos del sueño capitalista y nos digamos a nosotros mismos “¿Qué estamos haciendo?, ¿cómo podemos tolerar esto?”.

Pero Banksy no es el precursor del Movimiento Stencil donde se aplegan estos graffitis por llamarlos de alguna forma tan cercanos a reivindicar la libertad de expresión. En los años de la dictadura italiana ya se utilizaba el Stencil para que la propaganda fascista fuese más directa y décadas después Blek le Rat ya adornaba las calles de París con esta técnica gráfica.

Que el británico no sea el único no significa que tenga que ser menos. Banksy innova y pese a que todas sus obras mantienen el tono crítico e irónico y tienen el mismo objetivo, el artista no deja de plasmar historias diferentes en diferentes ciudades y diferentes lugares.






viernes, 6 de abril de 2012

Papilionidae


¿Qué harías si fueras rico? Preguntó.

Y salieron las simples y banales cosas que los seres humanos solemos explicar. Ese compartir con otros que nos reconforta. Y todo aquello que ya hicieron otros, pero Yo.

Eso me gusta… pero Yo… respondió él.

Aunque yo gastaría mi dinero en hacer cosas absurdas:

Llenaría tu casa de mariposas, para que al abrir la puerta, salieran millones de ellas a recibirte.

Me explicó.

Estamos rodeados de absurdos cotidianos que molestan, convulsionan y entristecen. Un absurdo lleno de hermosas y coloridas mariposas, sería una escena única. Uno de esos instantes imposibles de mantener en el tiempo, pero incapaces de borrarse de la instantánea y  etérea memoria. Un sin fin de seres voladores, pequeños, que se metamorfosean de una fea oruguita, a un ser esplendido que siempre atrapó nuestra atención. Mariposas. Y si serán bellas, que cuando el amor nos apodera, ellas se instalan en el estomago, para simbolizarnos esa sensación de levitar y volar cuando estás enamorado. Luego se van, simplemente vuelan. Pero siguen siendo únicas y bellas.

Imagina por  un instante… que al abrir la puerta de tu solitaria casa, al volver de la ininterrumpida rutina, millones de mariposas, reflejadas por la luz del sol entrando por el  ventanal que no tienes, rozan tu cara, tus brazos, tus manos, para tan sólo pasar por tu lado, y salir de tu vida en un instante. Tan sólo imagina Mariposas.