Creo que bebí demasiado.
Me miras y sonríes, y vuelvo a vomitar. Me coges el pelo para no ensuciármelo.
Me doy cuenta de que te preocupas demasiado por mi cabellera.
Tengo las puntas abiertas. Creo que tengo que ir a la peluquería.
Por cierto, cuando he mirado al suelo, me he fijado en un detalle sin importancia.
Pese a llevar zapatos, te siento descalzo.
Vayamos a la cama. Corre.